El año pasado, la fecha crítica para Microsoft, sus clientes y sus partners fue el 8 de abril. Ese día finalizaba el soporte oficial que la compañía daba desde 2001 a Windows XP, uno de los hitos tecnológicos de la compañía de Redmond desde su fundación. Sin embargo, en 2015 también va a haber fecha crítica. Será el próximo 14 de julio, día de la Toma de la Bastilla y fiesta nacional en Francia.
Y es que a partir de ese momento, el que se queda sin soporte será Windows Server 2003, un sistema anciano en términos tecnológicos (fue lanzado al mercado hace casi 12 años) y que todavía gobierna buena parte de la infraestructura cliente-servidor de muchas compañías de todo el mundo. A partir del fatídico día, los clientes, en consecuencia, dejarán de recibir actualizaciones y parches de seguridad.
No está claro cuántas compañías se verán afectadas, pero son millones. Expertos en la industria que cita Fujitsu estiman que hay más de 10 millones de máquinas en todo el planeta con Windows Server 2003, y son muchas los que ejecutan servicios de misión crítica. Según Fujitsu, es necesario que las grandes compañías tecnológicas informen a sus socios y a sus clientes sobre cómo mitigar los posibles problemas y realizar la migración de manera precisa.
Por su parte, Emilio Paz, responsable de Windows Server en Microsoft Ibérica, reconoce no tener datos exactos, pero cita consultoras externas que aseguran que hoy uno de cada tres servidores corre sobre el vetusto sistema operativo. Además, Paz señala que en todo el mundo hay casi 24 millones de instancias en Windows Server 2003, tanto físicas como en entornos virtualizados, que también se quedan sin soporte. Y, dicho esto, llama la atención sobre la necesidad del cambio en los clientes.
“Las compañías tienen que migrar a las nuevas versiones porque el mundo ha cambiado desde que se lanzó Windows Server 2003. La migración a plataformas y tecnologías más modernas, tanto on-premise como en la nube, como Windows Server 2012 R2, Microsoft Azure y Office 365, supone una gran oportunidad para nuestros clientes”, señala Paz.
La nube promete ahorros y eficiencia
Es probable que muchos los clientes que hagan la migración aprovechen para trasladar su computación a la nube privada o pública, al menos parcialmente. Para Emilio Paz, esto les permitirá ahorrar dinero, ganar eficiencia y aumentar la productividad de los empleados, entre otras cosas. Este cambio en la infraestructura (del on-premise a la nube, sea ésta pública, privada o híbrida) traerá muchas horas de consultoría y de servicios para el canal.
“El mundo ha cambiado mucho desde que Windows Server 2003 fue lanzado por primera vez. La industria de TI está viviendo una gran transformación liderada por el cloud computing y la movilidad. Además, es el momento de que la empresa se plantee el salto al cloud. En este sentido, los servicios de Microsoft, avalados por la Agencia de Protección de Datos, serán una opción”, añade.
Para agilizar la migración en España, Microsoft ya pone a disposición de sus clientes guías, herramientas y el soporte de red de partners. En este sentido, Emilio Paz recuerda que los ISV tendrán que asegurarse de que sus aplicaciones están actualizadas para funcionar sobre Windows Server 2012 R2 o Microsoft Azure. Mientras tanto, los integradores de sistemas deberán estar preparados para ayudar a los clientes durante toda la migración, y los partners OEM tendrán que ofrecer un hardware “correcto”.