A finales del año pasado, Vodafone anunció sus intenciones de poner en marcha un ajuste de plantilla que implicaría el despido de entre 600 y 1.800 empleados en España. La reestructuración –que, según indicaba el comunicado- se llevaría a cabo para evitar puestos duplicados surgidos tras la compra de Ono, se acometería en primavera. Los recortes, afectarían al back office (informática, sistemas, recursos humanos y contabilidad).
Sin embargo, una vez finalizado el análisis de la complementariedad de las plantillas y presentado sus resultados (facturó 1.235 millones de euros en su primer trimestre, un 0,8% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior), la compañía ha retrasado el proceso hasta otoño y el número final de trabajadores que perderán su puesto se ha fijado en 1.300 personas.
La operadora ha convocado a los representantes de los trabajadores para iniciar el periodo de consultas el próximo 1 de septiembre, que se prolongará durante un mes. En este tiempo se fijarán las condiciones, los criterios de aplicación y el calendario de ejecución.
Según el comunicado enviado, los “sendos Procedimientos de Despido Colectivo” forman parte del proceso de integración de las estructuras de Vodafone y Ono. Se trata de la última de las fases y llega tras la definición de las líneas directivas de todas las áreas de la empresa.
Así, entre las razones que justifican estos despidos se incluyen, además de las redundancias generadas por la integración de ambas organizaciones, la caída de ingresos y de EBITDA de ambas compañías en los últimos años, acompañada de una fuerte inversión en redes de nueva generación, que exige mayores niveles de eficiencia.
“El ajuste de plantilla es un paso necesario dentro del plan de integración y forma parte de las iniciativas abordadas para lograr que la organización resultante sea eficiente y competitiva”, reza el texto.
En este sentido, las iniciativas diseñadas para ganar en competitividad están estrechamente relacionadas con los proyectos orientados a incrementar la eficiencia y reducir costes, entre los que se incluyen: el uso de la red de fibra de Ono en la transmisión de la red móvil de Vodafone, la migración de los clientes de móvil de Ono a la red de Vodafone, la optimización del canal de distribución, el esfuerzo sostenido para reducir los costes operativos, las ganancias de eficiencias de los call centers derivadas del mejor servicio y la integración de los sistemas de las dos compañías.
“En el marco de las iniciativas anteriores, el ajuste de empleo es una medida necesaria para dimensionar la nueva compañía de forma adecuada y poder competir con éxito en un entorno muy exigente”.
Finalmente, el comunicado señala que ambas empresas “abordan la negociación con la fuerte determinación de alcanzar con la representación social el mejor acuerdo posible tanto para los empleados como para ambas empresas”.
