Los periodistas nos pasamos la vida preguntando. Y por eso estamos a medio camino entre un filósofo y un cotilla. Pero, de vez en cuando, a los periodistas nos preguntan. Y, supongo que porque tenemos las neuronas muy entrenadas para inquirir, pero no para dar respuestas ni certezas, nos solemos quedar bloqueados en esos casos. Eso me pasó la semana pasada en una comida de prensa de Microsoft, cuando, ya casi en los cafés, y después de haber despachado mil temas, el portavoz de la compañía, Antonio Budia, director de partners, intercambió papeles e interpeló a los periodistas preguntones en la mesa con una típica, pero razonable inquietud: ¿Y vosotros, cómo veis el canal?
En aquel momento se me ocurrieron algunas ideas sueltas, que le transmití a Antonio Budia. Pero aquí va una respuesta más razonada. Advierto de que no deja de ser un ejercicio de adivinación, puesto que la realidad es muy compleja y, sobre todo, cambia a cada segundo que pasa. Predecir en un mundo marcado por una aceleración asfixiante se convierte casi en un acto de fe.
En cualquier caso, Antonio, yo creo que el canal está bien. En líneas generales no se puede quejar, a pesar de todo. El contexto económico ayuda. Por lo menos en el corto plazo. Europa, y sobre todo Alemania, pasan por problemas más o menos serios, más o menos estructurales. Pero España va como un tiro. Qué le vamos a hacer. La economía nacional crece cuatro veces más que la eurozona y el mercado laboral está en máximos. Y eso genera confianza y consumo. Además, el coste del dinero a comenzado a bajar, y lo seguirá haciendo en el medio plazo, con lo que muchas dificultades de financiación desaparecen para las empresas.
También ayuda al canal el hecho de que todavía quede mucho dinero por gastar de los fondos europeos. Ya se habla poco de estas ayudas en los medios, pero realmente ahora es cuando más provecho se le está sacando y más se están filtrando los fondos a la economía real, por lo menos los que financian digitalización. Sin ir más lejos, todavía está por asignarse un tercio del presupuesto del Kit Digital (unos 1.000 millones de euros), y queda muy poco tiempo para dar salida a estas ayudas. Por eso en estos momentos hay muchos partners certificados como agentes digitalizadores trabajando a pleno rendimiento, ejecutando decenas y cientos de proyectos cada mes. Además, la inclusión de hardware en las ayudas supondrá que se venderán medio millón de ordenadores vinculados al Kit Digital desde ahora y hasta octubre de 2025, que es cuando acaba esta línea de financiación.
Por si fuera poco, el canal informático se encuentra en esta parte final de 2024 y en 2025 con el viento a favor de cambios normativos que forzarán la digitalización de todo el tejido empresarial de este país, incluidas las pymes más modestas e incluso los autónomos. La “Ley antifraude” obligará a partir de julio del año que viene a cambiar el software de facturación para evitar dobles contabilidades en las compañías. Y, en el medio plazo, también está prevista la imposición de la factura electrónica a todos los agentes económicos (según lo previsto en la Ley Crea y Crece). Hay quien dice que ambas leyes darán lugar a un tsunami digitalizador. Y que los cambios que se avecinan son históricos, y estarán a la altura del que supuso la entrada del IVA en 1996. Pero no quedan ahí la cosa. La directiva NIS2 obligará a las empresas de sectores críticos a mejorar sus niveles de protección de la información, y eso generará muchas conversaciones de negocio. A pesar de que el legislador español se retrasa en la transposición. Y también está el reglamento DORA, para fomentar la resiliencia en el sector financiero.
Tampoco nos podemos olvidar de la potencia de negocio que tendrá la inteligencia artificial, a pesar de las dudas que ha suscitado en los últimos meses esta tecnología para algunos, que consideran que podría dar lugar a una enorme e insostenible burbuja financiera y de expectativas. Lo que nos dicen los partners es que si en 2024 muchas empresas están probando la IA generativa, en 2025 por fin van a materializarse esos pilotos y experimentos en proyectos reales y beneficiosos para las plantillas de los clientes. Además, serán proyectos complejos que requerirán analizar la calidad de los datos y repensar su gestión, y también cuidar aspectos relacionados con la seguridad información. ¡Eso supone mucho trabajo y muchas oportunidades para el canal!
Y, por último, tampoco conviene olvidarse de ese cloud first que lleva siendo el grito de la industria tecnológica en la última década, y que en los últimos tiempos ha quedado en segundo plano, ensombrecido por la inteligencia artificial. Aunque cueste creerlo, todavía hay un océano de procesos, aplicaciones y sistemas que hay que llevar a la nube, para hacerlos más eficientes y modernos. Y esa migración también seguirá dando mucho negocio a los partners.
Hasta aquí, Antonio, unas pinceladas de por qué creo que las cosas pintan bien para el canal. Soy consciente de que hay muchas incertidumbres geopolíticas y que muchas cosas pueden pasar que den al traste con las expectativas, pero mirando fríamente el escenario y las tendencias que mueven y moverán el mercado en los próximos meses, hay mucho trabajo pendiente y muchos motivos para el optimismo. ¡Crucemos los dedos y aprovechemos la coyuntura!