Una de las grandes debilidades de las empresas españolas es su continuidad en el tiempo. En España hay mucho dinamismo empresarial, lo que facilita la proliferación de pequeñas compañías. Pero cuando llega el momento de que estas escalen y ganen presencia, ahí surgen los problemas. En general hacen falta incentivos y profesionalización para que los emprendedores sigan adelante y den el salto para convertir el proyecto originario en una mediana empresa, e incluso en una grande. También carece el sistema productivo nacional de potentes vías financiación más allá de la bancaria.
Pero otro motivo de mortalidad empresarial del que no se habla lo suficiente es el de la falta de relevo generacional en la dirección, una vez el fundador se ha jubilado o ha decidido abandonar el proyecto. Un problema más acusado en España, si cabe, porque casi el 90% de las empresas es de carácter familiar. Los datos son contundentes. Sólo algo más de una cuarta parte de las compañías familiares sobrevive en la segunda generación y sólo un 15% llega a la tercera. Se cumple el triste dicho de que “el abuelo la funda, los hijos la debilitan y los nietos la entierran”.
El sector TI no es ajeno al problema. De hecho, en los últimos años este tapón está impidiendo prolongar la vida de muchos partners que fueron fundados por jóvenes emprendedores en los años 70 y 80 del pasado siglo, con el bum de la informática personal. En una entrevista que hicimos recientemente, Carlos Vieira, country manager de WatchGuard en España y Portugal, dice que entre un 20% y un 30% del canal actual desaparecerá en los dos próximos años, y la falta de relevo será una de las razones.
Por eso, hace poco publicamos un reportaje largo donde explicábamos cómo planificar y proceder para garantizar el relevo generacional en una compañía. Un proceso que empieza por poner de acuerdo a la familia y los herederos y que comporta aspectos como la formación de la persona que cogerá el mando y la elección del momento del traspaso de poderes.
El relevo generacional también preocupa a los fabricantes
El relevo generacional es un problema que desde hace tiempo preocupa a muchos fabricantes, sobre todo los que tienen un canal de distribución más envejecido y tradicional. Aunque hay casos de éxito, en el sector informático español muchas veces el relevo de los descendientes al frente de las compañías no se produce porque se trata de un área de actividad muy inestable.
La tecnología cambia cada poco, y también la naturaleza del negocio, y eso hace que las TI sean un ámbito muy impredecible y en definitiva poco apetecible a las nuevas generaciones y a personas que no sientan una clara vocación por el negocio. Hay que estar muy atento al día a día para seguir en la brecha y mantener la rentabilidad. De esta manera, se complica lo de garantizar la continuidad del negocio dentro del ámbito de la familia fundadora, que, por otro lado, siempre tiene la alternativa de delegar en gestores profesionales ajenos al núcleo afectivo.
