Cuando escribo estas líneas, todo está en el aire en Cataluña. El Govern debate si plantea la ansiada por unos (y temida por otros) DUI, y el Gobierno central afina el operativo para la aplicación del inexplorado artículo 155. Pero más allá de consideraciones políticas, lo que sí está claro es que la crisis política catalana ya empieza a tener efectos claros en la economía de la comunidad y del resto del país. Los centros de análisis comienzan a bajar las previsiones de crecimiento del PIB para España, aunque todavía de forma tímida. Mientras tanto, sectores como el turismo también empiezan a sufrir la cancelación de reservas. Por no hablar de la inquietud que crean en el exterior los traslados de las sedes sociales y fiscales de más de 1.000 empresas en las últimas semanas.
Definitivamente, no va a haber un procés low-cost o inocuo, como algunos ingenuamente esperaban. En el sector informático y en el canal de distribución ya se está notando con claridad el parón que provoca la incertidumbre política. Una encuesta que lanzamos en la página web de CHANNEL PARTNER y que todavía está abierta, ya muestra una gran inquietud en la red de ventas de informática. Y es que más de la mitad de los casi 200 distribuidores consultados opina que la situación les está afectando en algún grado. Y casi un 30% se atreve a decir que sufren “mucho” la crisis política.
En las páginas de la edición de noviembre de esta revista, recogemos el testimonio del director general de uno de los principales mayoristas del país que también confirma que sus clientes en Cataluña se enfrentan a tiempo duros, toda vez que ya se están parando inversiones públicas importantes. En opinión de ese directivo, que vive a caballo entre Madrid y Barcelona y que por lo tanto conoce de primera mano la situación, los partners que más van a sufrir son los que tienen todos los huevos de la cesta en Cataluña, y sobre todo en su administración local y autonómica.
Pero lo más preocupante es que no sólo está en el horizonte la congelación de inversiones en esa comunidad, sino también la aparición de revanchismos económicos. Por ejemplo, el de los gerentes de partners que, sintiéndose más españolistas o catalanistas que otra cosa, opten por hacer boicot a empresas del “otro bando”. Es un peligro inminente o que ya empieza a darse. Aunque el procés ha desbordado hace mucho el cerco del debate político para convertirse en un serio problema económico y social, conviene que vuelva al redil de la política. Sólo ahí se podrán encontrar soluciones. Esto debemos entenderlo. De otra forma, solo echaremos más leña al fuego, y al final perderemos todos.