James Truslow Adams en 1931 definió a través de su libro American Epicsel concepto de “Sueño Americano” que consiste en que la igualdad de oportunidades y libertad permiten que todos los habitantes de Estados Unidos logren sus objetivos en la vida únicamente con esfuerzo y determinación. Es decir, el origen de su jerarquía social no marca su futuro. Este concepto provocó que, desde 300 años antes, millones de personas se desplazaran a esa “tierra de oportunidades”.
Este fenómeno tiene un claro paralelismo en Internet, la “red de oportunidades”, donde los emprendedores han visto un sector con barreras de entrada casi nulas y en el que el factor del éxito de un proyecto lo mide el usuario. Sólo así se explica que proyectos de garaje hayan vencido a los de las grandes multinacionales. Y sólo en un entorno como la red se explica que chicos de “veintitantos” se hayan convertido en las primeras fortunas de nuestro planeta.
Ahora se está poniendo en duda ese concepto de igualdad, y se escucha por parte de esas grandes multinacionales, no acostumbradas a jugar en las mismas condiciones que el resto, que hay que acabar con la “neutralidad de la red”.
Se lo explico: Imagine, ahora que está “de moda”, que usted es un atleta que se somete diariamente a un duro entrenamiento para competir en una carrera de fondo, por supuesto, sin tomar sustancia dopante alguna. Usted espera competir contra las capacidades innatas y entrenadas de otros atletas. Eso sería “lo justo”, pero he aquí que los dueños de la pista le dicen que hay otros participantes (entre los que se encontrarán ellos mismos) que irán “dopados” mientras que usted tendrá que correr sin ayuda externa alguna. Imagine su frustración y enfado, y conocerá el sentimiento que se está propagando por la red como la pólvora.
La posible discriminación de la información por su origen, destino, protocolo o contenido no sóloperjudica al emprendedor, incapaz de batallar en igualdad de condiciones, sino que también perjudicará al usuario, que perderá el “poder del pueblo” para decidir qué información o servicio es mejor.
En nuestro país, más que en ningún otro, es tremendamente positivo que se generen empresas y negocios en torno a la red, no sólo por la obligada mejora competitiva de nuestro tejido empresarial, sino porque hay que crear servicios de valor, en los que el precio de la mano de obra ni siquiera se contemple. Los mismos que no pueden ser imitados de un día para otro, y que atraen talento y fomentan la innovación.