La transformación digital ha modificado radicalmente el panorama de las tecnologías de la información con una implantación masiva de aplicaciones distribuidas, usuarios cada vez más móviles y centros de datos que están evolucionando hacia la nube híbrida. Asegurar la continuidad del negocio y satisfacer las expectativas de experiencia de usuario en este difícil contexto es clave para priorizar la disponibilidad, rendimiento y latencia de las aplicaciones. Por tanto, avanzar en la disponibilidad de cualquier app y acelerar el tiempo de respuesta es, sin duda, el gran reto del 2020 para las empresas españolas.
Índice de temas
1. La infraestructura de red se desplaza inevitablemente a los extremos
En 2020 asistiremos al desplazamiento de las infraestructuras de red hacia los extremos al tiempo que las funcionalidades se diseñarán pensando también en el borde de la red de las empresas. El objetivo es garantizar la continuidad del negocio y la recuperación ante desastres en entornos multicloud, que en este año alcanzarán su consolidación definitiva. Por otra parte, una mala latencia no va a ser aceptable en las principales aplicaciones comerciales, por lo que el enrutamiento del tráfico deberá optimizarse dirigiendo de manera inteligente el tráfico entre usuarios y aplicaciones. Así, las decisiones relativas al enrutamiento deberán tomarse lo más cerca posible de los usuarios, normalmente en el filo de la red. Como consecuencia, tiene todo el sentido construir una funcionalidad de balanceo de carga en servidores DNS recursivos como por ejemplo el DNS Edge GSLB.
2. La definición de 5G será finalizada por telcos, impulsada por redes virtualizadas definidas por software
En 2020 las telcos continuarán implementando PoC para estar preparadas ante los inminentes lanzamientos de 5G en 2021. Por otra parte, 5G supone mayor complejidad para la gestión de la red: SDN, NFV, SDDC, SD-WAN. En este escenario, las soluciones inteligentes de DDI serán críticas y contribuirán a que los proveedores de telecomunicaciones alcancen su objetivo de operaciones “Zero Touch”. Por último, DNS-DHCP-IPAM deberá integrarse en los procesos de automatización para administrar recursos y dispositivos en la red.
3. Las nubes estarán más conectadas
Los servicios digitales deben poder ejecutarse en cualquier lugar y en cualquier momento. Según pronostica la consultora tecnológica IDC, para 2022 el 70% de las empresas habrán implementado herramientas y procesos de gestión híbrida unificada. DDI jugará un importante papel en esta predicción al brindar una administración automatizada del ciclo de vida, configuraciones sin errores, cumplimiento de políticas e implementación acelerada de aplicaciones y servicios y control de Kubernetes. Además, el repositorio dinámico central de recursos IP de IPAM aporta visibilidad multiplataforma y una única fuente de verdad disponible para los actores del ecosistema de gestión de red como Cisco DNA / ACI y ServiceNow.
4. Las aplicaciones empresariales aumentan la productividad, la eficiencia y la satisfacción de los empleados al simplificar y digitalizar los procesos comerciales
Según IDC, para 2023 habrá más de 500 millones de aplicaciones digitales, la mayoría desarrolladas para gestionar casos de uso relacionados con la transformación digital. Por tanto, la implementación y administración automatizada de las aplicaciones será vital. También será necesario optimizar el equilibrio de carga del tráfico de los usuarios a las aplicaciones para garantizar la disponibilidad de la aplicación y proporcionar la mejor experiencia de usuario.
5. El malware se volverá más inteligente debido al empleo de métodos de comunicación complejos como DGA
Zero Trust ha destapado el hecho de que la seguridad del perímetro es insuficiente para derrotar las amenazas internas, que se están volviendo más sofisticadas y potentes. De hecho, DGA, que es el algoritmo de generación de dominio, es uno de los responsables del aumento de la inteligencia del malware y numerosas familias de malware lo utilizan para ocultar la ubicación de sus servidores de C&C. La consecuencia es evidente: la seguridad basada en la reputación del dominio ya no basta. Así, es necesario un nuevo enfoque, un análisis contextual del tráfico de DNS que permitirá la creación de inteligencia de amenazas a la que se aplicará el aprendizaje automático.