Los acontecimientos de los dos últimos años han obligado a las organizaciones a digitalizarse de la noche a la mañana, con una mayor demanda de servicios digitales en todos los sectores y países. Se trata de una tendencia imparable y se prevé que en los próximos cinco años se crearán hasta 500 millones de aplicaciones. En España se requerirán alrededor de 75.000 especialistas TIC (350.000 en total en Europa) que recalarán en proyectos de data analytics, ciberseguridad y, por supuesto, low code/no code.
En este momento, si tecleamos en los principales buscadores, encontramos más de 50 ofertas de empleo activas en España relacionadas con las plataformas de desarrollo de código bajo. La tracción que está ganando el low code (y no code) en las empresas no ha de sorprendernos ya que permite empoderar a los equipos a la hora de desarrollar nuevas aplicaciones rápidamente y, al mismo tiempo, mejorar las competencias de los empleados.
En definitiva, con la modalidad low code incluso las personas sin profundos conocimientos de programación y codificación crean aplicaciones mediante el uso de sencillas herramientas visuales, lo que supone que las empresas ya no tienen que depender únicamente de los equipos de TI o de la contratación de científicos de datos o profesionales del aprendizaje automático para crear aplicaciones desde cero.
Según una investigación de Salesforce, el 82% de los líderes empresariales sostienen que las capacidades de codificación y desarrollo web van a ser importantes para ellos en los próximos seis meses. A medida que el negocio se acelera, muchas organizaciones tienen que abordar cómo la falta de habilidades de codificación y desarrollo web generalizadas entre los empleados sin o con pocas habilidades tecnológicas está obstaculizando una transformación digital efectiva en el lugar de trabajo, afectando también la capacidad de innovación.
Ahora bien, a medida que la economía digital sigue evolucionando, el reto para las empresas al adoptar tecnologías low code radica en los procesos de mejora de las competencias de los empleados. Dicho de otra manera, aquellas empresas que capaciten directamente a sus empleados en lugar de buscar técnicos externos altamente cualificados, estarán apostando por una cultura organizacional fuerte basada en el talento interno y la formación continua.
Además, adoptar tecnología low code puede ayudar a los líderes empresariales a eliminar la carga actual de sus equipos de TI y a escalar proyectos con confianza, sin sacrificar la calidad. A medida que las empresas amplían su red de empleados que pueden crear aplicaciones, esto no sólo proporciona una eficiencia inmediata en la creación y el mantenimiento de servicios y aplicaciones, sino que establece y fundamenta una cultura digital sostenible.
En este contexto, la tecnología low code será cada vez más un motor clave que facilitará que las empresas sean más ágiles y que todos podamos acceder a un mercado laboral en fuerte crecimiento. Las ventajas que ofrecen estas herramientas prometen construir empresas más eficientes hoy y una sociedad más resiliente para el futuro.