Este mes, CHANNEL PARTNER ha organizado una mesa para tomar el pulso al negocio del multicloud, es decir, al que se genera en torno a aquellas empresas que para modernizar sus sistemas recurren a servicios de varias nubes públicas, como AWS, Microsoft o Google, por citar las más importantes. Los expertos congregados nos informaron de que la adopción de la nube pública no ha ido tan rápida como estaba previsto, y de que incluso en los últimos tiempos ha habido una cierta “repatriación” de cargas de trabajo a proveedores locales y a los CPD internos de las empresas.
Sin embargo, en capacidad de innovación los grandes proveedores de nube pública son casi imbatibles. Se cuentan por miles los servicios que tienen en cartera, muchos de los cuales incorporan inteligencia artificial o analítica avanzada. Por eso, y a pesar de subidas y bajadas, el multicloud sigue teniendo mucho futuro.
Sin embargo, harán falta partners y expertos que asesoren convenientemente a los clientes y que les guíen por esa maraña de servicios a su disposición en las grandes plataformas. Y que les formen para que saquen partido a estas tecnologías y paguen el mejor precio por ellas. Y es que muchos despliegues cloud se vuelven ineficientes por la baja utilización de los servicios que se implementan o por el solapamiento de los mismos. Al descontrol también contribuye el hecho de que muchos clientes se lanzaron a la nube pública por moda y buscando los precios más bajos, sin atender a otras consideraciones.
Para poner orden entre los usuarios finales de los servicios, los integradores tendrán que buscar plataformas de gestión que den a homogeneidad a unos entornos de por sí bastante dispersos y heterogéneos. Como decía en nuestra mesa de debate el portavoz de un potente integrador, hará falta “volver atrás para construir una capa que le dé sentido a todo”.
Eso sí, para ello los partners tendrán que hacer mucha pedagogía en los equipos directivos de las empresas y también tendrán que preocuparse por ir sumando expertos en cloud a sus plantillas, por tradición habituadas a la venta on-premise y a unos esquemas tecnológicos y comerciales destinados a perder relevancia en el medio plazo. Porque no todo acabará en la nube pública, pero sí una buena parte de las cargas de trabajo que hoy hacen posible la operativa de las empresas.