No culpemos a nadie, no esperemos nada, hagamos algo

Javier Berné, director general de Datek Sistemas.

Publicado el 09 Dic 2011

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Durante los últimos años he dedicado una parte de mi tiempo a seleccionar personal. Hay que pensar muy bien qué personas incorporas a tu plantilla, ya que entran a formar parte del aspecto más importante de tu negocio. Como resumen diría que contratamos actitud positiva, optimismo, buenos modales, inconformismo, saber escuchar, curiosidad. Sinceramente, si alguien cumple todo lo anterior, sabrá hacer bien su trabajo.

El empleo fijo y garantizado está muerto, pero hay oportunidades para quien tenga agallas y energía positiva para luchar. Los masters son importantes, pero no son lo único que importa a la hora de encontrar trabajo. El conocimiento es nuestro gran motor, aunque lo que de verdad será decisivo es cómo lo usamos.

Quiero gente que busque la excelencia en aquello que le ocupe. En España llevamos mucho tiempo anclados en la mediocridad. Muchos se han acostumbrado a las cosas medio-bien hechas, de manera que cuando encontramos algo que funciona de forma correcta, nos parece excelente. Si hacemos las cosas mejor de lo que es habitual ayudaremos notablemente a mejorar nuestras empresas. Es imprescindible premiar la cultura del esfuerzo y el trabajo bien hecho, sólo así seremos más competitivos.

Trabajadores y empresarios estamos solos ante el peligro, así que lo mejor que uno puede hacer es hacer de su persona un negocio en sí mismo. La idea de ser empresario aterroriza a mucha gente, pero todos somos emprendedores. Podemos y debemos mejorar nuestras habilidades, refinarnos al máximo y explotar nuestra capacidad comercial y política (nos guste o no, funciona). Y para hacerlo lo primero es estar convencidos de las bondades del producto que vendemos. Y es necesario manejarse bien en el arte de las relaciones personales para saber qué se espera de nosotros y dónde están las oportunidades.

Desde hace miles de años, siempre hemos vendido o intercambiado algo. El hacerlo mejor o peor dependerá de cada uno, de su educación, de sus convicciones, de su formación, de su pasión y de sus valores. Cada persona dispone de un enorme almacén para la venta y el intercambio: sabiduría, belleza, experiencia, simpatía, salud, destreza, contactos, dinero, osadía, maestría, influencia, serenidad, honradez, honestidad, idiomas y un largo etcétera, así que, saquémosle provecho.

Estas mejoras empiezan de manera individual, no dependen de las políticas de un gobierno, así que no culpemos a nadie, no esperemos nada, hagamos algo.

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