CEA (Consumer Electronic Association), la patronal estadounidense de la industria electrónica, la informática y las TIC, ha convertido el International CES 2014 en una de las ferias de referencia para el sector de la automoción a escala planetaria. Tal es así que este año nueve de los diez fabricantes de coches más importantes del mundo se reunirán en Las Vegas del 7 al 11 de enero.
Audi, BMW, Chrysler, Ford (que regresa como sponsor), General Motors, Kia, Mazda (por primera vez), Mercedes y Toyota aprovecharán este evento para presentar sus nuevos modelos de automóviles, entre los que destacan los coches eléctricos, los últimos avances en vehículos sin conductor, nuevos sistemas inteligentes de asistencia a la conducción, frenado de emergencia y anticolisión; así como las últimas tecnologías y soluciones de entretenimiento y comunicaciones.
Junto a estas, otras 125 empresas de tecnología para vehículos ocuparan un total de 13.000 metros cuadrados de exposición, lo que supone un 25% más de espacio que en 2013. Entre estas empresas destacan compañías como Delphi, Dual Electronics, JVC Kenwood, Mitek, Piooner y QNX.
Según las previsiones de CEA, en 2014 el mercado de las tecnologías para vehículos instaladas en fábrica supondrá un volumen de negocio de cerca de 7.400 millones de euros, un 20% más que este año. Los estudios de este organismo apuntan también a que el 17% de los hogares estadounidenses disponen de un automóvil con sistema de comunicación y entretenimiento. Asimismo, se prevé que este porcentaje crezca rápidamente en los próximos años, cuando los proveedores los pongan a disposición de los clientes en toda su gama de modelos.
La presencia del sector automovilístico en CES se completa con la participación activa de sus empresas en diversas TechZones o áreas de demostración y en varios ciclos de conferencias. Finalmente, la feria abrirá su jornada inaugural por primera vez a una empresa no tecnológica. El presidente de Audi, Rupert Stadler, será el encargado de dar uno de los discursos de apertura junto al CEO de Intel, Brian M. Krzanich.
