Mi marido tiene una compañera con alta cualificación profesional que, debido a su edad cercana a los sesenta años, tiene una nómina menor a los 500 euros a pesar de ser profesora universitaria. Para poder llegar a fin de mes está pensando en convertirse en repartidora de Amazon a tiempo parcial con el fin de obtener un dinero extra para mejorar sus ingresos. Este perfil, muy alejado del repartidor tradicional de UPS o MRW, es el que está comenzando a engrosar las filas de los subcontratas que trabajan para Amazon Logistics, la empresa creada por el gigante tras el abandono de las grandes paqueteras.
Tal y como relata El Confidencial, son numerosos los problemas a los que se está enfrentando la firma de comercio electrónico debido a las exigencias de reparto de productos que implican entregas urgentes para poder alcanzar los mínimos objetivos exigidos a los repartidores de Amazon Logistics. Productos entregados a vecinos o porteros sin previos consentimiento, paquetes tirados literalmente en balcones o en patios comunitarios. Envoltorios arrugados o chafados por la presión de la entrega. Y es que las exigencias de cumplimiento para los autónomos son enormes.
En las redes sociales hay todo un catálogo de anécdotas que alertan sobre el deterioro del servicio logístico desde que los grandes courier como MRW, UPS o DHL dejaron de trabajar con Amazon por la baja rentabilidad del servicio. El año pasado por estas fechas, se hablaba de la posible compra de MRW por parte de Amazon, una operación que no llegó a materializarse y que ha dejado en el alero la resolución de esta problemática. Los motivos que impidieron llegar a un acuerdo con MRW son variados pero uno de ellos es el bajo precio por entrega que impediría contar con la infraestructura necesaria y atender los picos de demanda en épocas como el Black Friday o Navidad.