El Corte Inglés empieza a respirar después de varios años conteniendo la respiración a causa de la crisis y del brutal impacto que ha tenido en España en el consumo privado. Como es habitual, el retailer anunció en el último domingo de agosto sus resultados del último ejercicio, en el que volvió a crecer en términos de ventas, después de algunos años de retroceso (desde 2010 no avanzaba). En concreto, todo el grupo facturó en 2014 14.592 millones de euros, un 2,6% más.
El crecimiento de la cadena fue sobre todo acusado en la segunda parte del año, y se está consolidando en la primera parte de 2015. Eso sí, el beneficio neto cayó: de los 174 millones de 2013 a los 118 millones de 2014. De esta forma, El Corte Inglés vuelve a los niveles de ganancias de la primera parte de la década de los 90, cuando facturaba algo más de una tercera parte que en la actualidad. Eso sí, hay que tener en cuenta que en 2014 no hubo eventos extraordinarios, como la venta de la mitad de la financiera, que tuvo lugar en el ejercicio precedente.
En cualquier caso, las cifras son buenas para la firma presidida por Dimas Gimeno, que sustituyó en el cargo al histórico Isidoro Álvarez a finales del pasado verano. El beneficio de explotación, el EBIT, sí registró una sólida subida del 58%, hasta rozar los 296 millones de euros.
Por otro parte, El Corte Inglés terminó su último ejercicio contable con una deuda financiera neta de 4.954 millones de euros, un 4,6% más, aunque sus compromisos con los bancos cayeron 350 millones, hasta los 3.051. Además, la compañía redujo ayer su deuda bancaria en otros 1.000 millones de euros, un montante proveniente de la venta del 10% de la compañía a un fondo catarí, una decisión que no ha sido del agrado de Carlota Areces, dueña del 9% de las acciones de la compañía.
Además, Dimas Gimeno señaló en la presentación de los resultados a sus accionistas que El Corte Inglés quiere abordar “un proceso de transformación digital de la compañía” durante este año y que hay en marcha un plan de ahorro de costes y la revisión de contratos con proveedores para mejorar los márgenes comerciales. Además, según indica el diario El País, la compañía trabaja en su proceso de internacionalización, hasta ahora uno de sus puntos débiles. Durante este ejercicio analizará su implantación en nuevos mercados, sobre todo de Latinoamérica.