El Grupo Sánchez Ramade, que a finales del año pasado se tuvo que desprender de Diasa y que está muy tocado por la crisis inmobililiaria, sigue sufriendo. Ahora le toca el turno a su cadena de distribución de electrodomésticos, electrónica de consumo e informática Urende, cuya central está en Córdoba. En concreto, Urende afronta un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que en principio tendrá una vigencia de dos meses y que afectará a 390 empleados. Según ha recogido Europa Press, los trabajadores de Urende han acogido con relativa “satisfacción” esta suspensión temporal de empleo, porque se ha reducido de 450 a 390 el número de profesionales afectados y finalmente serán 10 las tiendas que se mantienen abiertas (en un primer momento Urende pretendía dejar solo seis). Así, esperan que “se consiga la viabilidad de la empresa y retome el vuelo”.
Las diez tiendas que se mantendrán abiertas se ubican en Córdoba, Tomares (Sevilla), Málaga, Jaén, Granada, Huelva, Almería, Vícar (Almería), Jerez de la Frontera (Cádiz) y Ciudad Real. Esta situación para el secretario general de la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego (CHTJ) de UGT Córdoba, Antonio Vacas, supone “un paso atrás de repliegue de la empresa ciñéndose a Andalucía, pero que se espera que sirva para dar después un paso adelante”.
Los sindicatos califican el trámite como “balón de oxígeno” que le dan a la empresa, en situación de preconcurso de acreedores y con una deuda de 180 millones.
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