El consumo en España vive una situación paradójica, a juzgar por los datos del estudio de Clima de consumo de GfK. Y es que España sigue una vez más entre los países más optimistas de Europa respecto a sus expectativas económicas, aunque está a la cola en cuanto a disposición a comprar. El estudio, correspondiente al segundo trimestre de este año, muestra que nuestro país ha cerrado el periodo entre abril y junio con 25 puntos el indicador de perspectivas económicas, y con una mínima variación de dos puntos. Y se sitúa tras Francia (49), Alemania (41), Portugal (39) y Países Bajos (33).
Sin embargo, España no remonta de manera destacada ni en el indicador de expectativas de ingresos, ni en la disposición a comprar, que se mantiene en valores negativos. Para este estudio, todos los indicadores toman valores entre -100 y 100. Un valor negativo muestra que el porcentaje de entrevistados pesimistas respecto al futuro es superior al porcentaje de los optimistas. Un índice con valor 0 señala que existe equilibrio entre ambos y un indicador positivo expresa que el porcentaje de entrevistados optimistas supera al de los pesimistas.
Las razones para este optimismo en las expectativas económicas de los españoles pueden encontrarse en las buenas perspectivas macroeconómicas, con un PIB que se vuelve a revisar al alza, al igual que las exportaciones, y la tasa de desempleo que sigue reduciéndose. Sin embargo, todavía hay una importante brecha entre lo que se percibe para la economía del país y lo que se vive en los hogares. De hecho, en el último trimestre esa diferencia se sitúa de nuevo en los 27 puntos.
Esta distancia en la percepción se observa especialmente en los indicadores de expectativas de ingresos y de disposición a comprar, que no consiguen despegar a pesar de las mínimas variaciones al alza mostradas en este trimestre. Las expectativas de ingresos en nuestro país mejoran ligeramente respecto a los tres primeros meses del año (3 puntos), aunque no suficiente para alcanzar niveles anteriores, cuando llegamos a los 16 puntos (en la recta final de 2016) o incluso a los 31 de finales de 2015.
Uno de los factores que más influyen en este indicador es el comportamiento del desempleo. Aunque España lideró la reducción del paro en términos interanuales en Europa, al bajar la cifra de desempleados por debajo de los cuatro millones por primera vez desde febrero de 2009, lo cierto es que también volvió a ser el segundo país de la UE con mayor número de parados (17,7%). Solo nos supera Grecia con 22,5 %. El equipo de GfK a cargo de este estudio considera que la calidad del empleo es un importante motivo para que la población en España no se muestre más optimista respecto a sus ingresos o la disposición comprar.
Precisamente, en las expectativas de gasto (-2), a pesar de haber mejorado el indicador de nuevo dos puntos (de -4 a -2), seguimos siendo uno de los tres países en negativo de todos los países analizados. Por tanto, se mantiene la contención en los gastos de los hogares, tal y como ha venido ocurriendo desde marzo de 2011, primer resultado negativo en este indicador que no ha superado la barrera del cero (0) desde entonces.
Y es que, junto a la calidad del empleo, otros aspectos influyen en la disposición a comprar: la inflación y las subidas salariales. El esperado incremento de los precios en los próximos meses y las tímidas subidas salariales que se están produciendo (menos del 1,51% de incremento) no auguran un aumento de las compras a corto plazo.
Situación en Europa
Europa en general vive un clima de optimismo en sus previsiones económicas, a pesar de las incertidumbres que plantean ciertas cuestiones como el Brexit, los atentados terroristas, la llegada y acogimiento de refugiados o el clima de incertidumbre política que se ha vivido ante las elecciones en Francia o las próximas en Alemania.
De hecho, en 12 de los 16 países estudiados sus expectativas económicas están en valores positivos, pero lo más destacado es que ocho de ellos mejoran con respecto al trimestre anterior. Algunos incluso con subidas de más de 30 puntos, como es el caso de Francia, país que además, lidera las expectativas económicas de la región. Es precisamente en este país donde se observa un mayor entusiasmo. Todo apunta a que la clara victoria electoral de Emmanuel Macron ha sido el detonante para que la confianza de su población en las expectativas económicas alcance el nivel más alto (49 puntos) desde 1986. Comparado con un año atrás, la subida es de 48 puntos, de los cuales 38 han sido sólo durante el segundo trimestre de 2017.
Junto con Francia, el otro país que mantiene la tendencia al alza es Alemania. Su indicador de expectativas económicas mostró el valor más alto en los últimos tres años para el segundo trimestre y situó el indicador en 41 puntos. El caso contrario es el de Italia, donde la población no consigue remontar la visión que tiene de la economía doméstica y vuelve a empeorar sus expectativas. Cae otros tres puntos y se queda a la cola con (-56).
Por otro lado, el Brexit le sigue pasando factura a Reino Unido, que vuelve a descender, esta vez ocho puntos. Además, las últimas elecciones parece que tampoco han ayudado a despejar la incertidumbre. Reino Unido está en valores negativos, con -21 puntos, junto con Bulgaria (-8), Grecia (-43) e Italia (-56), los únicos cuatro países que cierran en negativo este trimestre, y que además, mantienen esta condición desde el trimestre anterior.
Respecto a las expectativas de ingresos, en general, de los 16 países, únicamente cuatro están en negativo (Reino Unido (-2), Bélgica (-8), Italia (-18) y Grecia (-43). Sin embargo, respecto al período anterior, ocho países descienden en sus previsiones de ingresos, con caídas entre -11 y -3 puntos, mientras otros 8 presentan subidas. El país que más cae en su optimismo es Bélgica (descenso de 11 puntos) y Alemania rompe su tendencia a la baja con una destacada subida de 17 puntos y sitúa su indicador en 60, el mejor registro desde la unificación. Entre las razones para esta escalada, los buenos pronósticos para el mercado alemán de trabajo.
Finalmente, en relación a las expectativas de gasto, a nivel general, 13 de los 16 países están en positivo. Sólo España (-2), Reino Unido (-4) y Grecia (-45) cierran el trimestre en negativo. A pesar de este clima de confianza generalizada en Europa, en siete de los 16 se han producido caídas en sus niveles de optimismo. El caso más significativo es el de Reino Unido, que había iniciado 2017 con este indicador en positivo, cae 8 puntos y se queda en -4, lo que muestra el efecto Brexit también en la disposición al gasto. Alemania, que también se muestra a la cabeza en este indicador, vuelve a subir 2 puntos respecto al trimestre anterior y se queda en 58 puntos. Tras él está Francia, con una subida de 18 puntos en cuanto al trimestre anterior y que sitúa el indicador en 26.