Los españoles empiezan a abandonar el optimismo que comenzó a instalarse a principios del año que viene y las expectativas económicas se desinflan a un ritmo vertiginoso de -29 puntos. El informe trimestral sobre clima de consumo europeo elaborado por GFK en quince países del entorno alerta de este rápido descenso aunque matiza que España sigue teniendo mayor confianza que el resto de países analizados, a excepción de República Checa y Polonia.
Los españoles mantienen una actitud positiva, a pesar de la mala coyuntura local e internacional y de la percepción negativa que se extiende por el conjunto del continente como consecuencia de la aparición de nuevas alertas que avisan sobre posibles caídas del negocio.
Otro dato que llama la atención es la estabilidad en las expectativas de consumo, sobre todo, teniendo en cuenta la caída en las previsiones económicas. España ha conservado su comportamiento del último año y los datos apuntan al mantenimiento en el nivel de gasto de los hogares.
Aunque los números negativos indican que los hogares españoles aún no pueden permitirse gastos de importancia, más allá de los cotidianos, es notable la independencia que ha mostrado este indicador frente al de expectativas económicas. En el pasado, ambos fluctuaban de manera similar: si uno bajaba, el otro también lo hacía. Es la primera vez desde 2008 en que no se observa el mismo comportamiento, ya que las expectativas económicas han mostrado una caída importante, mientras que las de gasto se han mantenido en negativo, pero estables.
En cuanto a las expectativas de ingresos, los entrevistados en España se muestran menos confiados con respecto a los recursos que se recibirán en sus hogares a corto plazo. Este indicador también cayó entre el último trimestre de 2015 y el primero de 2016, desde los 31 puntos hasta los 15. Aunque sigue manteniéndose en el rango de los números positivos, una señal importante y alentadora, ya que no refleja el desaliento de años anteriores, sino más bien una corrección ante la situación de incertidumbre actual.
El entorno económico y social que está viviendo Europa en los últimos meses, marcado por la guerra en Siria, la crisis de los refugiados, la posible salida de Gran Bretaña de la UE, ataques terroristas y la continuada recesión en muchos de los países de la región, está debilitando las previsiones de los consumidores, en especial las expectativas económicas y de ingresos.
Finalmente, en relación con las expectativas de gasto, Alemania con 50 puntos, Italia y República Checa, con 26, y Bélgica, con 24 puntos continúan al frente de este indicador en la región. La independencia que está mostrando este indicador frente a las expectativas económicas y de ingresos no es un fenómeno exclusivamente español: vemos cómo a pesar de las caídas descritas antes, en el caso de la propensión al gasto sólo bajan 4 países y 11 muestran subidas, leves ciertamente, ya que no superan los 12 puntos, pero subidas al fin y al cabo.