El consumo sigue en horas mínimas y empieza a resquebrajar el canal de distribución que lo atiende. Hace unas semanas fue PC City, con más de 30 establecimientos de informática, quien anunciaba su retirada de España, una operación que puede estar concluida en breve. Ahora, las malas noticias llegan desde la cadena de electrodomésticos Miró. Según una información que publica hoy el diario El País, la imposibilidad de Miró de hacer frente a sus deudas ha arrastrado a la cadena al concurso voluntario de acreedores. Los pagos pendientes con sus proveedores y las entidades financieras ascienden, según fuentes judiciales, a 180 millones de euros, pero, según apunta el diario, crecerán hasta los 280 millones por el vencimiento de algunos créditos en un plazo breve. La empresa tendrá que presentar ahora un plan de viabilidad que supondrá, según los abogados de la compañía, la venta o el cierre de 30 establecimientos repartidos por toda España. Asimismo, aseguraron que, aunque la prioridad es venderlos y que se mantenga la plantilla, puede haber despidos “en aquellos que no se puedan traspasar”. Miró cuenta con 1.500 empleados y casi 150 establecimientos en todo el país, pero solo podrá conservar “alrededor de un centenar”. Desde CCOO se mostraron tranquilos y convencidos de que la empresa “es solvente”. Además, fuentes del sindicato aseguraron de que no han hablado de despidos con la empresa.
El martes por la mañana hubo una reunión de urgencia entre la dirección de la cadena de electrodomésticos y los representantes de los trabajadores en la sede de la compañía en Martorell (Baix Llobregat) para anunciarles el concurso. Tras la reunión, los sindicatos eran optimistas. Tanto UGT como CC OO, los de mayor representación dentro de la empresa, enviaron sendas notas en las que aseguraban que confiaban en que Miró “resolvería satisfactoriamente sus problemas económicos” sin necesidad de “cerrar ninguna tienda” ni de “despedir a nadie”. Miró fue fundada en 1971 por Francesc Miró, el actual director general, cuando solo tenía 15 años. Empezó siendo una pequeña tienda en Martorell, pero pronto creció y se extendió por toda España con una red de establecimientos dedicados a la venta de electrodomésticos y de electrónica de consumo. En el año 2009, la firma facturó, según el Registro Mercantil, por valor de 332 millones de euros, 20 millones menos que en 2008, y tuvo un beneficio de casi un millón de euros.
