El 30 de septiembre, muchas empresas finalizaban el ERTE al que se acogieron desde el inicio de la pandemia, a mediados de marzo. Y ahora esos ERTE de fuerza mayor empiezan a convertirse en muchos casos en despidos definitivos de parte de la plantilla. Es el caso de la cadena de tiendas de telefonía Phone House, propiedad del grupo Dominion, que el viernes comunicó a los trabajadores su intención de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE). Phone House renuncia así a acogerse a la prórroga de los ERTE hasta el 31 de enero de 2021 anunciada la semana pasada por el Gobierno.
A pesar de que se ha seguido vendiendo mucha tecnología durante el confinamiento y los meses posteriores, la cadena de telefonía reconoce que el ERTE de marzo “no ha sido una medida suficiente” para enfrentarse a “la grave situación económica y productiva”. Además, Phone House admite también que venía arrastrando problemas con anterioridad a la crisis de la Covid-19.
Como consecuencia, el ERE de Phone House va a afectar a 146 tiendas, además del centro logístico de Coslada y de un centro de soporte en Madrid. Eso sí, la empresa no ha dicho a cuántos trabajadores despedirá. Por término medio, cada establecimiento tiene entre cuatro y ocho trabajadores.
En estos momentos, Phone House cuenta con más de 500 tiendas que son atendidas por una plantilla de 2.300 trabajadores. El grupo vasco Dominion adquirió la compañía en septiembre de 2017 al grupo británico Dixons, el mismo que tenía en España la cadena PC City, que acabó siendo absorbida en parte por Sonae, el dueño de Worten. En su momento, Dominion pagó 55 millones de euros por Phone House.