Bajo el nuevo nombre de Toshiba Client Solutions, la firma japonesa intentará volver a sus orígenes poniendo foco exclusivo en el mercado profesional y apostando por negocios que le permitan volver al sendero del crecimiento y la rentabilidad. La decisión se ha tomado para intentar enderezar una coyuntura adversa que ha llevado a la compañía a afrontar fuertes pérdidas durante el pasado ejercicio y la necesidad de tomar decisiones drásticas que conllevarán también una considerable reducción de la plantilla global. En España la filial pasará de tener 50 personas a 30 profesionales, según adelanta el diario Cinco Días.
Por otra parte, de momento aún no se sabe nada de la posible fusión de las divisiones de PC de tres grandes gigantes de la informática japonesa: Fujitsu, Toshiba y Vaio (Sony). Esa fue una de las opciones barajadas para reducir las pérdidas de Toshiba valoradas en 648 millones de euros y registradas por la empresa el pasado año. Por otro lado, la firma está en proceso de eliminar 7.000 puestos de trabajo en su área de negocio de soluciones de electrónica de consumo y estilo de vida, lo que representa una quinta parte de los 24.000 empleados de una división que experimentó un descenso del 10% en su facturación y supone uno de los peores resultados del conjunto del grupo. Parte de los trabajadores pertenecen a filiales internacionales de la compañía aunque todavía se desconoce en qué países y a cuántos de ellos afectará la medida.
En los últimos se había recrudecido la carrera por ganar cuota de mercado en consumo, lo que ha tensado la cuerda hasta unos límites insostenibles. La fuerte competencia con las firmas americanas como HP y Dell por un lado, o de las asiáticas Lenovo, Asus y Acer, ha impedido a Toshiba tener una posición sólida en ninguno de los mercados.
El abandono del negocio de portátiles de consumo en España se produce pese a que, según el directivo, este era uno de los países más fuertes de Europa en este segmento para Toshiba, según asegura el diario Cinco Días. Sin embargo, la firma japonesa no quiere seguir compitiendo en una carrera tan complicada y ha asegurado que sólo continuará vendiendo portátiles de consumo para el mercado doméstico en Japón y Estados Unidos.
Toshiba, que el pasado ejercicio vendió en España 110.000 ordenadores, planea repetir esa cifra este año. “O incluso mejorarla, pues queremos mantener una cuota de mercado en torno al 20%”, añade Dumas, que admite que hoy el mercado profesional está algo estancado en España, “por la incertidumbre política, que ha hecho que algunas compras públicas y de empresas privadas se retrasen”.
