Wolder, la compañía que fuera líder en el mercado nacional de móviles y tabletas acaba de anunciar su definitiva liquidación tras no conseguir salir del concurso de acreedores en el que estaba inmerso desde mayo del pasado año. Con sede en Cantabria, Wolder llegó a convertirse en un serio rival para Samsung o Huawei gracias a una estrategia basada en ofrecer dispositivos de última generación a precios asequibles.
Tras cesar la actividad de la división de electrónica de consumo –tabletas, smartphones y cámaras de fotos- como consecuencia de los malos resultados cosechados en el ejercicio de 2016, la empresa entró en una espiral descendente que al final ha supuesto el cierre definitivo por la caída de liquidez e incapacidad de resolver positivamente el concurso de acreedores.
Antes de llegar a esta situación la compañía había intentado reducir plantilla a través de un ERE que supuso el despido de 55 de sus 150 empleados. El propietario Ricardo Garrudo, un emprendedor conocido en la región, no supo valorar en su momento las consecuencias del descenso de las ventas de los móviles a nivel mundial y tuvo que enfrentarse a un alto endeudamiento que no pudo solventar.
Wolder llegó a vender 400.000 tabletas y mantener crecimientos del 200% en el mercado de smartphones. Los planes para el año 2017 incluían la expansión de la compañía especialmente en Sudamérica, con los mercados ya conocidos de Perú y Costa Rica, y negociaciones para la llegada a países como México, Panamá o Brasil.
La firma había invertido casi un millón de euros en construir su sede en Barros, que fue inaugurado en abril de 2012 y superaba los 3.000 metros cuadrados de superficie. La facturación de la compañía alcanzó los 40 millones de euros en el año 2016.