La batalla contra la piratería que se libra estos días en el Congreso de EEUU tiene dos bandos claramente definidos. Por un lado los detractores de la Ley antipiratería, SOPA, es decir las principales firmas de Internet, como Google oFacebook, que tachan la medida de anticonstitucional y la acusan de censura. Por otro lado, los promotores de la ley, que son las grandes compañías de la industria musical y cinematográfica, como Universal Studios, que, de la mano del legislador republicano Lamar Smith, defienden la ley en el Congreso amparándose en la protección de la propiedad intelectual En este contexto, un gran jurado de Virginia acusó el pasado 5 de enero a siete directivos de Megaupload de delitos relacionados con la propiedad intelectual, blanqueo de capitales y organización mafiosa. Delitos por los que podrían ser condenados a más de 20 años cada uno. En base a esta sentencia, el Departamento de Justicia, junto con el FBI y en colaboración con las autoridades neozelandesas, dictaron la orden de detener a los acusados. “El FBI contactó con la policía de Nueva Zelanda a principios del 2011 con una solicitud para ayudar en su investigación sobre la Conspiración Mega”, dijo el detective inspector Grant Wormald, de la Agencia de Crimen Organizado y Financiero de Nueva Zelanda. De esta manera, hoy viernes, más de 70 agentes de la policía de Nueva Zelanda allanaron diez propiedades en el país, deteniendo a los acusados entre los que se encuentran: Kim Schmitz, alias Kim Dotcom, alemán de 37 años y fundador de la compañía; Finn Batato, alemán, 38 años y director de marketing; y Bram Van de Kolk, holandés de 29 años. “No tenemos nada que ocultar”, dijo Kim Dotcom desde el banquillo, después de que su abogado se opusiera a la presencia de cámaras en el tribunal, según informaron medios neozelandeses. En la operación, denominada por las autoridades estadounidenses como “Conspiración Mega”, se han incautado numerosos activos por valor de varios millones de dólares entre los que se encuentran coches de lujo así como cerca de 8 millones de dólares en activos financieros. Cabe señalar que la sede social de la compañía está en Hong Kong pero que los detenidos tienen sus residencias en el país del Pacifico por eso han sido puesto a disposición de un tribunal de Auckland a la espera de una audiencia de libertad bajo fianza. Al conocerse la noticia, numerosos grupos en contra de esta medida han manifestado su malestar por las detenciones, siendo el más tajante el grupo Anonymous, cuyos integrantes han bloqueado webs oficiales de organismos institucionales estadounidenses, como el Departamento de Justicia, así como las de las compañías promotoras de la iniciativa, como la distribuidora Universal. Al hilo de estos sucesos, activistas de Anonymous han declararon en Twitter: “¿El Gobierno cierra a Megaupload? 15 minutos más tarde Anonymous cierra sitios del Gobierno y la industria discográfica”.
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