Se habla mucho del ransomware, pero poco del alcance real de este tipo de ataques, destinado a secuestrar la información de las compañías cifrándola, y a enriquecer a los atacantes vía extorsión. Ahora Sophos publica los resultados de su encuesta anual y el informe sobre experiencias reales con el ransomware en “El Estado del Ransomware 2022”. Este estudio revela que el 71% de las empresas españolas encuestadas fueron golpeadas por el ransomware durante el año 2021, frente al 44% de empresas españolas que lo fueron en 2020. A nivel global, un 66% de las compañías encuestadas afirmaron haber sido atacadas el año pasado, frente al 37% que lo fueron en 2020.
El coste medio de los rescates pagados por las empresas que vieron sus datos cifrados en su ataque de ransomware más significativo, se multiplicó casi por cinco hasta alcanzar los 760.166 euros, con un aumento de tres veces más en el número de empresas que pagaron rescates de un millón de dólares o más. El 38% de las empresas españolas que sufrieron el cifrado de sus datos pagaron el rescate para recuperar sus datos, incluso a pesar de tener otros medios de recuperación de datos como las copias de seguridad, frente al 46% de las empresas encuestadas a nivel mundial.
El estudio analiza el impacto del ransomware en 5.600 empresas de entre 100 y 5.000 trabajadores, tanto en el sector privado como público de 31 países repartidos entre Europa, América, Asia-Pacífico y Asia Central, Oriente Medio y África, de las cuales, 965 han compartido detalles de pagos de rescates de ransomware en la elaboración del estudio.
“Junto con el aumento de los pagos, la encuesta muestra cómo la proporción de víctimas que pagan el rescate también sigue creciendo, incluso cuando pueden tener otras opciones disponibles”, comenta Chester Wisniewski, investigador principal de Sophos. “Esta situación podría deberse a varias razones, incluyendo copias de seguridad incompletas o el deseo de evitar que los datos robados aparezcan en una web de filtraciones públicas. Tras un ataque de ransomware suele haber una gran presión para volver a funcionar lo antes posible. Restaurar los datos cifrados utilizando las copias de seguridad puede ser un proceso difícil y largo, por lo que puede resultar tentador pensar que pagar un rescate a cambio de una clave de descifrado es la opción más rápida. Sin embargo, también es un opción cargada de riesgos. Las empresas no saben lo que los atacantes podrían haber hecho, como por ejemplo añadir puertas traseras o copiar las contraseñas entre otras cosas. Si las organizaciones no limpian a fondo los datos recuperados, acabarán con todo ese material potencialmente tóxico en su red y potencialmente expuestos a un nuevo ataque”.
La encuenta “El Estado del Ransomware 2022” también desvela otros datos interesantes. Por ejemplo, revela que muchas empresas confían en los ciberseguros para ayudarles a recuperarse de un ataque de ransomware. El 83% de las empresas españolas (mismo dato para valores globales) contaban con un ciberseguro que les cubría en caso de un ataque de ransomware y, en el 98% de los incidentes, la aseguradora pagó una parte o la totalidad de los costes incurridos (en el 40% de los casos cubrió el pago total del rescate).
El 94% de las organizaciones que tienen un ciberseguro admitieron que su experiencia con este servicio ha cambiado en los últimos 12 meses, con mayores exigencias en cuanto a medidas de ciberseguridad, pólizas más complejas o caras y menos empresas ofreciendo la protección del seguro.
“En los últimos años, se ha vuelto cada vez más fácil para los ciberdelincuentes desplegar ransomware, con casi todo disponible as-a-service. En segundo lugar, muchos proveedores de ciberseguros han cubierto una amplia gama de costes de recuperación del ransomware, incluido el rescate, lo que probablemente ha contribuido a que las cantidades demandas en los rescates sean cada vez más altas. Sin embargo, los resultados indican que las condiciones de los ciberseguros son cada vez más duras y que en el futuro las víctimas de ransomware podrían estar menos dispuestas o ser menos capaces de pagar rescates altísimos. Lamentablemente, es poco probable que esto reduzca el riesgo general de sufrir un ataque de ransomware. Los ataques de ransomware no consumen tantos recursos como otros ciberataques más artesanales, por lo que cualquier retorno que obtengan los ciberatacantes es un retorno que merece la pena aprovechar y los ciberdelincuentes seguirán yendo a por la fruta que cuelga baja”, explica Wisniewski.
Buenas prácticas para combatir el ransomware
- Instalar y mantener defensas de alta calidad en todos los puntos del entorno de la organización. Es importante revisar los controles de seguridad con regularidad y asegurarse de que siguen satisfaciendo las necesidades actuales de la empresa.
- Buscar proactivamente las amenazas para identificar y detener a los adversarios antes de que puedan ejecutar su ataque. Si el equipo carece del tiempo o de las habilidades necesarias para hacer esto internamente, subcontratar a un especialista en Detección y Respuesta Gestionada (MDR)
- Endurecer el entorno de TI buscando y cerrando las principales brechas de seguridad: dispositivos sin parches, máquinas desprotegidas, puertos RDP abiertos, etc. Las soluciones de detección y respuesta ampliada (XDR) son ideales para este propósito
- Prepararse para lo peor. Es fundamental saber qué hacer si se produce un ciberincidente y mantener el plan de acción actualizado
- Realizar copias de seguridad y practicar la restauración a partir de ellas para que la empresa pueda volver a funcionar lo antes posible, con la mínima interrupción